El grupo Carbon Trade Watch está organizado de forma no jerárquica y se compromete a enfrentarse al prejuicio en todas sus formas, siendo ésta una visión que se busca en las perspectivas exploradas en el trabajo, así como una parte constante en la organización interna de la estructura del proyecto. El grupo cree que el desafío a la dominación es una parte vital del proceso para alcanzar una diversa variedad de sociedades justas  y sostenibles.

Carbon Trade Watch se compone de 3 investigadores-activistas principales: Tamra Gilbertson, Oscar Reyes y Joanna Cabello.

Para contactar miembros del equipo por e-mail, simplemente pon el primer nombre seguido de @carbontradewatch.org.

Un aspecto fundamental de nuestro trabajo es el de producir material de investigación exhaustivo, accesible, y concreto en el área del comercio de contaminantes con un enfoque en el comercio global de gases de efecto invernadero.

Existe una grave y preocupante falta de investigación y publicaciones críticas sobre los emergentes mercados de créditos de contaminación.

Carbon Trade Watch aspira a proporcionar un recurso vital a grupos con medios limitados, como pueden ser grupos de Pueblos Indígenas, pequeñas ONGs del Sur y activistas que se hayan pronunciado en contra de estos mecanismos de mercado.

 

Carbon Trade Watch pretende apoyar a comunidades e individuos en lucha en temas de justicia medioambiental y social.

Creemos que existe una ausencia de voces de aquéllos afectados por el cambio climático y las presuntas soluciones contenidas en el Protocolo de Kyoto. Pretendemos enfocarnos en este desequilibrio y crear espacios para que estas voces sean escuchadas, mediante la investigación, el análisis, el cine y la fotografía. 

Paralelamente a nuestro trabajo de apoyo a comunidades participamos en el Grupo Durban por la Justicia Climática, que trabaja para devolver a la gente el poder de decisión sobre el cambio climático.

 

 

Carbon Trade Watch se sirve de diversos medios en la exploración de temas relativos al cambio climático. Utilizamos una amplia gama de materiales como pueden ser los audiovisuales, la fotografía, Internet y publicaciones. 

Mientras asistimos al nacimiento de una nueva economía de CO2, preguntas clave relativas al impacto global que el comercio de emisiones ejercerá sobre la sociedad y el medioambiente quedan sin responder. ¿Se está engañando a la gente en nombre del desarrollo sostenible? El inicio de Carbon Trade Watch se define por una urgente necesidad de investigación y creación de vínculos en relación al comercio de gases de invernadero y de otros tipos de sustancias contaminantes.

Los hechos que condujeron a la adopción del comercio de sustancias contaminantes en el Protocolo de Kyoto muestran como las grandes empresas contaminantes han logrado convertir la potencial amenaza del cambio climático en una fuente de beneficio en forma de comercio de emisiones. Las compañías han conseguido dominar el proceso de las Naciones Unidas y se ha producido una lenta reducción en la capacidad de ONGs ecologistas para mantener su posición respecto a las negociaciones en materia medioambiental. En la Cumbre de la Tierra en Río, en 1992, el foro global de ONGs afirmó que dentro de las negociaciones climáticas se debía evitar cualquier sistema de comercio de sustancias contaminantes que “sólo tratase el problema del cambio climático superficialmente, perpetuase o empeorase desigualdades encubiertas en el problema o tuviese un impacto negativo”. Más tarde, las críticas se acentuaban argumentando que el comercio de gases invernaderos supondría una nueva forma de colonialismo. Las protestas populares aumentaron fuera de las negociaciones. Sin embargo, en última instancia, el poder ejercido por el dialogo de múltiples participantes, aliado con el lobby corporativo y la ideología neo-liberal extinguirían otras voces dentro de las negociaciones. El rechazo por parte de EEUU al Protocolo de Kyoto no hizo si no que acelerar esta tendencia. La inmensa mayoría de ONGs y gobiernos críticos restantes se apresuraron a comprometerse con la esperanza de mantener gobiernos escépticos a bordo y de recuperar a EEUU. Muchas ONGs ecologistas han acabado negociando, quedando arrinconadas y reduciendo significativamente su margen de maniobra crítica sobre el comercio de contaminantes, posición que, sin embargo, proporciona importantes oportunidades para captar trabajos de consultoría dentro del mercado de CO2.